Huésped gatuno en casa

Hace una semana mi hermano se ha ido de vacaciones y me ha pedido que cuide de Tom su gato, un macho europeo de poco más de un año.  Como todos saben (Los que me leen), tengo tres gatos y un perro, así que la diversión estaba asegurada.

Por razones de seguridad a nuestro Tom tuvimos que dejarlo en una casa de confianza (por su fuerte carácter pese a estar castrado), aunque creíamos tenerlo todo controlado debido a que iba estar con las dos gatas que por lo visto tienen un carácter parecido al de Tom, pero no fue así, nos equivocamos ya que no sabíamos del fuerte temperamento de la pequeña Vicky .

De Tom, nuestro huésped puedo decir que es un gato que esta castrado, es muy tranquilo y mimoso, no tiene miedo a las personas, le encanta la salchicha (ya haré un post detallado sobre este descubrimiento) y que tiene una fuerte dependencia a sus dueños. Él por su parte ha hecho amistad con Maggie y Ozzy pero se ve que Vicky no le agrada en absoluto.

Aquí les dejó un pequeño resumen de los primeros días de Tom en casa:

Día 1: Comenzamos haciendo las presentaciones (aunque ya se conocían), los dejamos unos minutitos en la habitación para que intercambiarán maullidos.

Día 3: Mientras las gatas hacían vida normal, Tom seguía sin salir de la habitación, teníamos que sacarlo hasta el arenero.

Día 5: Descubrimos que salía de noche a nada más y nada menos que a rascar la puerta a la calle, porsupuesto intentando escapar.

Día 7: Los continuos gruñidos entre Vicky y Tom eran cada vez más intensos.

Día 8: Tom salió por fin de la habitación y lo mejor de todo es que aún había claridad.

Día 9: Ya comía normalmente y jugaba un poco con lo que pillara por el suelo.

Día 10: Podemos decir que Tom hace una vida normal, duerme sus horas de sueño, come y juega.
En cuanto a los gruñidos… Tom y Vicky no dejan de hacerlo mientras este uno frente al otro.

El que Tom se haya adaptado rápido depende mucho de la personalidad de él, pero puedo decir que la paciencia es la madre de las virtudes y que gracias a ella logramos que saliera de la habitación sin apenas tener miedo. Nunca se debe forzar, hay que darle tiempo e irle sacando progresivamente para que capte sensaciones, por supuesto, sobra decir que éstas tienen que ser buenas.

De esta anécdota me quedo con que nunca creas conocer del todo a tu gato, no sabíamos que Vicky tuviera el carácter así de fuerte, y menos que fuese capaz de perseguir a su «enemigo» de tal manera como si lo fuese atacar (Aunque no lo ha atacado).