Uno de los atractivos del gato son sus ojos, depende de en que momento del día los mires para que se te parezca a una u otra cosa; Por ejemplo los ojos de Maggie en las primeras horas del día parecen un universo. Puedo quedarme horas y horas observándolos (Si ella me lo permitiese).
Pues bien, esos preciosos ojos hay que cuidarlos ya que son propensos a una serie de afecciones que sino tratamos rápidamente puede ocasionar numerosos daños a un sentido vital de nuestro amigo.
Las siguientes son afecciones muy comunes en estos felinos:
La Uveítis, se manifiesta debido a una inflamación en la úvea, responsable de aportar la mayor parte del suministro sanguíneo a la retina. Ésta es una afección que se asocia a la Leucemia, Sindrome de inmunodeficiencia y a la peritonitis infecciosa felina. Los síntomas de la uveitis es un aviso a problemas que afectan a otras partes del cuerpo.
El glaucoma, se manifiesta con un dolor intenso y un aumento del volumen del ojo, su evolución se lleva a cabo de forma lenta, en muchos de los casos no nos damos cuenta a tiempo y la afección va a peor provocando una buftalmia (Aumento considerable del globo ocular).
Conjuntivitis, se manifiesta con enrojecimiento de la cara interna del parpado del ojo, secreciones verdes, blancas o amarillentas, suele estar asociada a enfermedades respiratorias por lo tanto se debe vigilar las secreciones oculares y nasales. Tendremos especial cuidado ya que dejarla avanzar puede ser terrorífico para el animal, pudiendo perder el sentido de la vista permanentemente.
Los gatos pueden padecer cuatro afecciones de origen nervioso: estrabismo(Desviación del alineamiento de un ojo con respecto al otro), Síndrome de Claude BernardHorner (síndrome causado por daño al sistema nervioso simpático), disautonomia felina (degeneración de las neuronas de los ganglios del sistema nervioso autonómico) y procidencia del tercer parpado ( telilla, que tiene como función fundamental, dar protección al globo ocular)
Así pues, si nuestro gato presenta alguna de estas afecciones intentaremos en la medida de lo posible visitar el veterinario y que sea él quien marque la pauta en cuanto al tratamiento, en ningún caso le trataremos como si fuera un humano.
Muy importante recordar que ellos no se quejarán de sus afecciones, pero tendremos que anticiparnos ante cualquier cambio en su rutina diaria por muy mínima que sea.
Foto: Joaquín